miércoles, 6 de octubre de 2010

METAFÍLMICA DE OTEKA (14) - Cortometraje del oscuro mito de Caín

Brigitte debe realizar el guión de un cortometraje para acreditar el semestre que está cursando. La lectura del número 12 de la revista Conspiratio le ha provocado una enorme inquietud acerca del origen de la violencia. Se ha puesto a leer el material que en Internet ha encontrado sobre los mitos fundacionales y la teoría mimética de René Girard. Intuye que a su planteamiento algo le hace falta, pero no sabe qué.

Brigitte:

— Si la causa de la violencia original es la rivalidad; o sea, la envidia que hace desear el bien de otro —reflexiona Brigitte—, entonces ¿qué origina ese deseo, esa envidia?

Corte a:

La cámara emerge de los verdes ojos de Brigitte para descubrir cómo filman los primeros versículos del cuarto capítulo del Génesis…

“… fue Abel pastor de ovejas y Caín labrador… Caín hizo a Yahveh una oblación de los frutos del suelo. También Abel hizo una oblación de los primogénitos de su rebaño, y de la grasa de los mismos. Yahveh miró propicio a Abel y su oblación, mas no miró propicio a Caín y su oblación, por lo cual se irritó Caín en gran manera y se abatió su rostro. Yahveh dijo a Caín: «¿Por qué andas irritado, y por qué se ha abatido tu rostro? ¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo? Mas, si no obras bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia, y a quien tienes que dominar.» Caín, dijo a su hermano Abel: «Vamos afuera.» Y cuando estaban en el campo, se lanzó Caín contra su hermano Abel y lo mató”.

Corte a:

Brigitte, llena de dudas y de un sentimiento de indignación, intercepta a su maestro de Metafílmica en espera de urgentes respuestas a sus interrogantes.

Brigitte:

— ¿Por qué Yahveh maldijo a Caín, condenándolo a no recibir más el fruto del suelo que labrase y lo expulsó a vivir como vagabundo y errante en la tierra? ¿En qué obró mal Caín al ofrecer su oblación a Yahveh? ¿Por qué Yahveh no miró propicios a Caín y a su oblación de los frutos de la tierra, y sí miró propicios a Abel y a su oblación de los primogénitos de su rebaño, y de la grasa de los mismos? ¿No es esa una provocación de Yahveh? ¿Cómo esperaba que Caín respondiera a ese Yahveh que no lo quería ni le agradaba su ofrenda? Qué, ¿a uno de ellos lo creó malo y al otro bueno? Porque el Génesis no explica ese punto. ¿O acaso Yahveh esperaba que Caín se mantuviera ecuánime ante tal desprecio y no se irritara por semejante humillación? Francamente no entiendo a ese Dios antiguo. Me parece más manipulador y perverso que el propio Caín.

El Maestro de Metafílmica:

— ¿No crees que al relato del Génesis podría faltarle una escena, justo entre el momento donde Yahveh no mira propicios a Caín y a su oblación, y el momento en que Caín reacciona irritado? ¿Crees que sólo Yahveh pudo haberlo provocado?…

Brigitte:

— ¿Y quién otro? Además, se supone que Él lo creó a su imagen y semejanza.

El Maestro de Metafílmica:

— Sí, los creó con libertad, pero sus padres optaron por desobedecer a su Creador porque fueron tentados. Y desde entonces su naturaleza se corrompió.

Brigitte:

— ¿Lo que me quieres decir es que Caín se irritó contra Yahveh porque lo provocó la serpiente?

El Maestro de Metafílmica:

— ¿Tú qué crees? El Génesis no lo dice. Pero, ¿sabes qué es una elipsis?

Brigitte:

— Sí, un salto, un tiempo que deja fuera uno o varios sucesos posibles que el autor no incluye en el relato.

El Maestro de Metafílmica:

— ¿Y no crees que es lícito, tras descubrir esa omisión, ponerse a investigar qué pudo haber quedado fuera?

Brigitte:

— ¡Claro! Has dado justo en el clavo. Mi guión tratará de esa parte oscura que el mito no revela. Voy a investigar… ¿Y que tal si no lo encuentro? ¿Sería válido que yo imagine qué pudo haber sido lo que provocó a Caín su irritación?

El Maestro de Metafílmica:

— En eso, precisamente, consiste el género de la ficción. Lo otro, investigar, descubrir las causas, demostrar con argumentos, te llevaría al género documental.

Brigitte:

— ¡Prefiero la ficción! Me gusta más el arte y el misterio que la ciencia y la lógica. Yo me siento más digital que analógica, ¡definitivamente! Gracias Oteka, te amo, otra vez me salvaste.

Corte a:

Brigitte emprende la carrera por el pasillo del liceo y sale a toda velocidad rumbo a las calles. Va entusiasmada con ese cortometraje que ya empieza a imaginar. Algo se parece a Franka Potente en la película “Corre, Lola, Corre”, aunque las zancadas de Brigitte son más alargadas y graciosas, como las de su admirada bailarina Tania Pérez-Salas, toda una “pasión en movimiento”. Su dorado y rizado cabello vuela con el viento como en cámara lenta y su rostro proyecta determinación y energía. Está resuelta, no parará hasta tener claro el argumento de su cortometraje.

Voz en off de Brigitte:

— ¿Por qué no gustó a Yahveh mi ofrenda?, — se preguntaría Caín… La serpiente descendería del árbol de la ciencia del bien y del mal. Serpenteando con sensualidad tomaría la forma de una bailarina que con su danza sensual seduciría al joven Caín. Luego se sentaría a su lado con un medio velo cubriéndole la nariz, la boca y parte del cuello. Con el poder de sus ojos lo haría caer en una extraña fascinación y le diría: “Eres el joven más bello de este jardín, los frutos que cultivas son jugosos y exquisitos, si a mí vinieras a ofrecérmelos yo te daría todo lo que me pidieras. En cambio, ya ves, a Yahveh no le agradaron, prefirió la ofrenda de carne que le hizo tu hermano menor. Yo, en tu lugar”… “¿te sentirías ofendida?”, —interrumpiría Caín a su seductora bailarina—. “Algo más que eso” —respondería ella y Caín volvería a preguntar—: “¿Te sentirías amenazada por tu propio hermano menor que te ha robado las preferencias de Yahveh?” “Sí —diría ella—, correría a hacerle una mejor ofrenda de carne a Yahveh. ¿No ves que a Él le gustan más los sacrificios de la carne y de la sangre que los frutos tan puros que tú cultivas?” Entonces, la mirada de Caín revelaría su tragedia, porque su intuición le diría que su sanguinaria y fratricida venganza, no serían del agrado de Yahveh. Su tribulación, luego de enfrentar a Yahveh, lo enredaría con pensamientos confusos y contradictorios, querría desistir, pero su irritación crecería a tal grado de ser vencido por la determinación de sacrificar a su propio hermano. Y, con el rostro abatido, correría… correría… y correría, para encontrarse con ese destino que la voluntad de Caín no tendría la fuerza, ni la luz, para evitarlo.

Corte a:

Brigitte detiene su carrera frenética. Se deja caer sobre el verde césped del parque y sus ojos que interrogan al mudo cielo, no tardan en cubrirse de lágrimas.

Disolvencia a:

La cámara de la Metafílmica podría continuar su viaje… si la conspiración le carga un nuevo rollo.


AVANZA A: