miércoles, 6 de octubre de 2010

METAFÍLMICA DE OTEKA (1) - Cortometraje de una joven llamada Brigitte

por Javier OTK

A MANZANA Y ALMENDRA


Decálogo de capítulos
o cortometrajes
publicado por la revista
CONSPIRATIO,
en sus primeros diez números,
en la columna titulada
Metafílmica de Oteka.
Es una obra derivada del ensayo de novela
“Brigitte y la Metafílmica”,
del mismo autor,
y que es el manifiesto de
su estética cinematográfica.


Brigitte, símbolo femenino de belleza, ¡cuánto he soñado tus ojos verdes y rasgados!

Voz en off:


Brigitte proviene de "bright", y tan brillante es su origen como su manifestación espléndida de belleza. Platónico amor, ideal que surgió de lo real, de una experiencia semejante al opacamiento que en los mitos imponían los antiguos dioses a los mortales, en este caso, un atrevido niño, que llegaría a convertirse en maestro de Metafílmica.

Corte a:

Brigitte, la santa patrona de Irlanda, siente la necesidad de implorar a Dios:

— ¡Quítame la belleza!…

Corte a:

Al descender de las nubes de sus evocaciones, Oteka, el maestro de Metafílmica, con tierno aplomo sostiene de los hombros a Eva, su joven discípula, admirando sus bellísimos ojos verdes y rasgados.

Oteka:

— Desde hoy te llamarás Brigitte, porque mientras el mundo siga reteniéndote debido a tu inescondible belleza, no podrás entregarle a Dios lo que de ti quiere. No te preocupes, porque al final de cuentas el Creador devolvió a santa Brigitte su belleza… eso sí, una vez que la transformó a su antojo.

Corte a:

Eva, la bella estudiante de Metafílmica, por ahora ajena al mundo interior de su maestro, no comprende, en ese atrevimiento, los alcances del acto de cambiarle de nombre, y mucho menos sospecha la clase de experiencias que habrá de vivir en ese liceo mexicano de arte.

Brigitte (reclama a su maestro):

— Si lo único que yo quiero es algo muy simple, que me ayudes a descubrir qué película quiero hacer.

Oteka:

— Veo que estás ansiosa de encontrar la luz. Ésta siempre aparece al final, cuando la persona sedienta de ella está perdida en la oscuridad. Así que partiremos desde tus tinieblas… Te espero aquí, a las doce de la noche, en punto.

Voz en off:

Cuántos pensamientos se agolpan en la mente de Brigitte: ¿Por qué su maestro la ha citado a media noche? ¿Qué intenciones tendrá? ¿Podrá confiar en él?... En su dormitorio se conecta a Internet y busca información relacionada con Brigitte. Halla dos cosas que la maravillan: La imagen de un hermoso vitral que no puede dejar de admirar, en donde la santa sostiene una larga y luminosa antorcha que simboliza su propio nombre: la luz, la brillantez ("bright"), la belleza.

La segunda maravilla que descubre, es un párrafo que confirma la anécdota que le ha anticipado su maestro:

Nacida en el año 453 D.C., Brigitte fue conocida por su belleza. Cuando alcanzó la edad apropiada, su padre pensó que era hora de que se casara, pero Brigitte no estaba contenta con la idea. Ella se había entregado a Dios, y no quería dar su amor a ningún otro. Entonces rezó a Dios pidiéndole que le quitara su belleza, y Él así lo hizo. Cuando el contrariado padre de Brigitte vio que su belleza se había ido, la dejó hacerse monja, como era su deseo. Santa Brigitte fue la primera religiosa mujer en Irlanda. Con otras jóvenes fundó un convento. Cuando finalmente pudo consagrarse enteramente a Dios, un nuevo milagro ocurrió, y su belleza le fue devuelta.

La nueva Brigitte (enojada):

— ¡Pero si yo no quiero ser monja! ¡En qué rayos estará pensando ese mocho!

Corte a:

Una vez que se tranquiliza, su vista es atrapada de nuevo por la bellísima imagen de la santa. La contempla por varios minutos, sumergida en una profunda comunicación entre silencios que la atrae, que no la deja escapar… hasta que vuelve a reaccionar con rebeldía.

Brigitte:

— ¡Ni tampoco santa! Pero, ¡en qué malditos rayos estará pensando ese idiota! La santidad en definitiva no es para mí. Yo soy una chava, la neta, super alivianada.

Corte a:

Brigitte descarga su enojo sobre los botones de la computadora, pero el monitor no quiere apagarse. Como una misteriosa señal sigue proyectando la colorida imagen de la joven santa irlandesa. Vuelve a recetar un golpe sobre el botón del monitor, pero parece que éste no tiene la voluntad de apagarse.

Brigitte (grita):

— ¡Demonios, o te apagas o…! (Jala del cable y la imagen sólo baja de intensidad)…. ¿Será necesario invocar a los mismísimos demonios para que me obedezca ese maldito aparato?… El que sí es un demonio es ese profesor que me quiere inquietar con sus anacrónicas propuestas de misticismo metafílmico. Yo no sé qué estaba pensando cuando se le ocurrió ese nombrecito… Y para acabarla de fregar, tengo que aprobar su curso… ¿Y qué tal si me hago la enferma?... No, tarde o temprano tendría que aliviarme y cumplir sus caprichitos… Tengo que ir… a media noche… ¡qué flojera!… ¿Qué querrá?… ¿De qué tinieblas me quiere sacar?… ¿No tendrá la intención de recetarme el catecismo?… No, creo que no es su estilo. En honor a la verdad, tengo que reconocer que es nada aburrido, sobre todo si lo comparamos con la sarta de natas y tecnócratas que hoy abundan… La neta, me tiene super intrigada el hombre… ¿Por qué a media noche?… Ya no resisto más la curiosidad. ¿Qué trata de enseñarme?

Disolvencia a:

La cámara de la Metafílmica continuará su viaje… cuando la conspiración la cargue con otro rollo.


AVANZA A:

(2) Cortometraje de un misterio que se proyecta luminoso.